Implica estar convencido de la fortaleza de la semilla que se riega. ¡Implica creer!
La palabra compromiso es un sinónimo de obligación, deber o convenio y su significado profundiza más en esa manera de actuar pactada y asumida por cada una de las personas con relación a la meta que se han propuesto alcanzar. Se utiliza en muchos escenarios y los hay de muchos tipos pero todos tienen algo en común: cumplir el contrato.
Los compromisos pueden ser sociales, éticos, personales, familiares o educativos, entre otros. El hecho es que, prácticamente en ninguno de estos ámbitos, el compromiso es individual sino que es más bien compartido.
Y es que no hay educación verdadera sin compromiso. La educación real resulta del trabajo en conjunto de familia y escuela cuando ambas acuerdan promover un aprendizaje afectivo y efectivo que atienda las necesidades de los niños y niñas.
Familia y escuela pactan trabajar entonces en pro de un objetivo conjunto y cada uno tiene sus obligaciones. La familia enseña a convivir y a relacionarse con sus iguales en sociedad; promueve experiencias cristalizantes de vida, valida todas las emociones y proporciona, tal y como hace la escuela, suficientes oportunidades para el desarrollo de las emociones. Al fin y al cabo, será la base sobre la cual crezcan los jóvenes de las generaciones de relevo. En pocas palabras, la familia vela por su bienestar físico y emocional.
Por otra parte, la escuela asume el compromiso de validar y trabajar para desarrollar las diferentes habilidades de sus alumnos; ya sabemos que no somos buenos en todo. Esto es importante a la hora de guiar al alumnado en determinado camino académico. La escuela tiene que hacer curioso el aprendizaje y fomentar un ambiente agradable al cual los alumnos quieran ir.
Enseñar, educar, emocionar, desarrollar y crecer son objetivos que no tienen fin, no tienen fecha de caducidad y es por eso que “una vez tengas el compromiso, necesitas la disciplina y el trabajo duro para llegar hasta allí”. Adquirir un compromiso es darlo todo hasta alcanzarlo. Cuando hablamos de darlo todo es exactamente eso: trabajo duro, entrega y sacrificio. A medias no funciona; cada uno de los protagonistas de esta historia debe tener sus objetivos claros y, aunque en el camino pasen cosas, entender que es parte del aprendizaje y asumirlo como tal.
Ante las adversidades: calma, tenacidad, esfuerzo y mirada fija en los objetivos de crecimiento y realización personal recordando porque, en primer lugar, dimos el paso y aceptamos el trato.